Thursday, October 12, 2023
Problemas, dilemas y anatemas
Diario de incertidumbres
Ciencia y tecnología: problemas, dilemas y anatemas
Adrián Acosta Silva
(Campus-Milenio, 12/10/2023)
https://suplementocampus.com/ciencia-y-tecnologia-problemas-dilemas-y-anatemas/
En el campo de las políticas de ciencia y tecnología en México, el período comprendido entre 2002 y 2023 se caracteriza por la transición entre dos grandes legislaciones y dos modelos de políticas, surgidos de contextos distintos de transformaciones políticas. Uno se derivó del primer período de la alternancia electoral, con el desplazamiento del PRI y la llegada del PAN, que sentó las bases de la descentralización y la incorporación de actores gubernamentales y no gubernamentales en la agenda, gestión e implementación de políticas para el sector. El otro, por la alternancia de MORENA, que descalificó el período previo por su orientación “neoliberal” (“privatizadora”) y emprendió un proyecto de cambio afín a la idea de la “cuarta transformación nacional”. Una tuvo el poderoso impulso de la democratización y consolidación de políticas de apertura y expansión de la ciencia y la tecnología, incorporando a actores públicos no estatales en el mapa de las políticas públicas. La otra significó un abrupto, polémico y confuso cambio en la reglas del juego construidas durante casi tres sexenios, derivada de un proyecto claramente gobiernista que sujeta las políticas de CT a prioridades enmarcadas en una “agenda de estado” para el sector, que actúa a nombre de un nuevo “actor” (el pueblo, la comunidad), excluyendo a actores no gubernamentales en el diseño, gestión e implementación de las políticas sexenales.
Durante esas dos décadas el perfil y los alcances de la agencia estatal para el sector fueron cambiando. Tanto el viejo Conacyt como el nuevo Conahcyt enfrentaron problemas de burocratización creciente de su operación, al mismo tiempo que padecieron problemas de un financiamiento público insuficiente y errático. Bajo la ley de 2002 crecieron de manera importante el SNI y las becas para estudios de posgrado, se establecieron fideicomismos para el apoyo a la investigación, se impulsaron fondos institucionales y mixtos para el desarrollo de proyectos. A partir del gobierno obradorista, reformas constitucionales, legales y reglamentarias se abrieron paso entre polémicas y polarizaciones para imponer un modelo de gestión gubernamental centralizado, jerárquico, de arriba hacia abajo, donde se eliminaron fideicomisos, órganos de consulta, y se establecieron nuevos criterios para asignación de fondos basados en prioridades y decisiones gubernamentales. La ley del 2023 sintetiza los supuestos,la orientación y la arquitectura de las políticas actuales.
Desde el punto de vista de la relación entre las ideas y los intereses, en las políticas de CyT a lo largo de este largo período han coexistido una par de posiciones opuestas y aparentemente contradictorias. Una tiene que ver con el mercado, la otra con el estado. La primera incorpora argumentos como el pluralismo, la ideología de la nueva gestión pública, y el impulso a la participación de sectores no gubernamentales en el financiamiento de las actividades científicas y tecnológicas, bajo el supuesto (empírico) de que el estado no puede hacerlo todo. La segunda posición parte de la premisa (ideológica) de que el gobierno federal tiene la capacidad técnica, financiera y política para impulsar el sector más allá de las limitaciones del pasado o del contexto, asume la austeridad como horizonte moral de la acción pública, y desconfía del mercado como espacio de apoyos y colaboraciones para el sector. Esta tensión entre las visiones estadocéntricas y mercadocéntricas es la que habita el corazón secreto de las políticas cientificas y tecnológicas de los últimos veinte años.
A lo largo del período, la secretaría de Hacienda se consolidó como el gran decisor de la política científica. Es el actor discreto, no protagónico, pero siempre estratégico de las actividades de ciencia, tecnología y educación superior. Como representante técnico de las decisiones del ejecutivo en todos los campos de la acción pública, Hacienda juega un papel central, legal y legítimo, como traductor y operador de los fondos públicos anuales que propone el ejecutivo y dispone el legislativo. Los cabildeos y los ajustes de los programas y proyectos del Conacyt/Conahcyt forman parte de los juegos intergubernamentales de antes, de ahora y muy probablemente del futuro.
En el ocaso del gobierno obradorista, y a la luz de la experiencia acumulada en los últimos veinte años en el sector, quizá es el momento de pensar (otra vez) en el futuro de la ciencia y la tecnología en México. Han comenzado a soplar de manera anticipada los vientos político-electorales sexenales, y el clima de la temporada colocará seguramente diferentes diagnósticos, ideas, comprormisos y ocurrencias en el escenario público. Llegará también el momento del balance, de la evaluación política de las políticas, de las llamadas de atención sobre los problemas estructurales y coyunturales, de los desafíos del presente, de los riesgos por venir y de las oportunidades perdidas. En ese contexto, quizá sea el momento para imaginar el futuro del sector y de las actividades de ciencia y tecnología, a partir de tres paquetes de preguntas básicas:
¿Qué tipo de orientaciones, de políticas y de gobernanza favorecen el desarrollo sostenible de la ciencia y la tecnología en México? ¿El dilema de más estado o de más mercado es realmente el centro del debate ideológico y de las decisiones políticas y de políticas en el sector, frente a un escenario de enormes desafíos e incertidumbres nacionales e internacionales? ¿Es suficiente una nueva legislación para enfrentar esos desafíos?
¿Cómo mejorar la capacidad, eficiencia y eficacia de una agencia/oficina/organismo público o estatal para el sector, a la luz de sus crónicos problemas de insuficiencia presupuestal, burocratización creciente e ineficiencia institucional para incidir en la comprensión y solución de los problemas heredados y emergentes del campo científico-tecnológico mexicano?
¿Es posible gestionar los problemas del sector con comunidades científicas y tecnológicas fracturadas, con problemas para la renovación generacional de poblaciones altamente calificadas y diversificadas en el campo, cuestionando la autonomía y libertad de esas comunidades y sus instituciones de pertenencia para explorar y discutir conocimientos e innovaciones en todas las disciplinas y áreas científico-técnicas?
Estas cuestiones conducen a explorar las experiencias nacionales e internacionales del pasado reciente para pensar en los posibles escenarios futuros del sector. De eso trataremos en la próxima entrega.
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