Thursday, November 23, 2023
Funcionarios universitarios
Diario de incertidumbres
¿Quiénes son los funcionarios universitarios?
Adrián Acosta Silva
(Campus-Milenio, 23/11/2023)
https://suplementocampus.com/quienes-son-los-funcionarios-universitarios/
Alguien tiene que velar; eso es así. Alguien tiene que estar ahí.
Franz Kafka, De noche
Los momentos de cambio en las rectorías universitarias son episodios interesantes porque revelan las complicadas lógicas políticas e institucionales que articulan los intereses de comunidades particularmente complejas. En el reciente caso de la UNAM, por ejemplo, esta afirmación vuelve a tomar relevancia porque el nuevo rector llegará a sus oficinas de la torre de Ciudad Universitaria no sólo con un nuevo proyecto institucional que combinará “continuidad con cambios sin estridencias”, como anunció a los medios cuando se supo de su designación, sino también porque integrará a su equipo de colaboradores cercanos a la administración universitaria, aunque seguramente también ratificará a otros que se han desempeñado en administraciones anteriores, e invitará a algunos más para que asuman cargos importantes en la gestión de los asuntos universitarios.
Estos movimientos son esperados y, para muchos, necesarios. Sin embargo, el tema de fondo es el peso que tiene el funcionariado universitario en la conducción de la vida institucional. Aunque los directivos y administradores de la universidad son figuras relevantes de la gestión rutinaria de múltiples asuntos cotidianos, su configuración como actores estratégicos del gobierno, la gobernanza y la gobernabilidad de las universidades ha sido poco estudiado. Como expresiones legítimas de autoridad institucional, sus perfiles, motivaciones, trayectorias previas y posteriores, sus funciones formales e informales, o “manifiestas y latentes”, han sido generalmente poco examinadas por los estudiosos de la historia o la sociología de las universidades.
Hay un conjunto de preguntas que aguardan por respuestas. ¿Quiénes son los funcionarios universitarios? ¿Cuántos son? ¿Porqué y cómo llegaron ahí? ¿Cuál es su influencia práctica en la vida institucional? ¿Cuáles son las motivaciones e incentivos para ser funcionarios? ¿Cómo se distinguen los directivos académicos de los estrictamente administrativos? ¿Se puede hablar de burocracias académicas y burocracias sin adjetivos?. Estas cuestiones ayudarían a comprender la complejidad de un actor clave de la vida universitaria que, sin embargo, es, paradójicamente, un actor reconocido pero a la vez desconocido.
El asunto importa porque los directivos son acompañados por un funcionariado universitario más o menos extenso que implementa proyectos y decisiones institucionales. Sin embargo, los rectores, directivos y funcionarios no actúan solos. Como se sabe, una de las características históricas del gobierno universitario es su carácter colegiado. El cogobierno, o el gobierno compartido, es el rasgo central de la vida universitaria, el que proporciona estabilidad, equilibrio y legitimidad a las universidades públicas. Figuras unipersonales de autoridad como rectores, directores de escuelas, facultades, institutos, unidades o programas académicos, funcionarios universitarios de la administración central o de las administraciones desconcentradas o descentralizadas, coexisten siempre con órganos colegiados jurisdiccionales, en las que se toman decisiones, se resuelven conflictos, se dirimen diferencias y se toman acuerdos de manera rutinaria. Estudiantes, profesores, investigadores y directivos participan de los órganos colegiados y ayudan a definir y resolver agendas pobladas de temas académicos, administrativos, escolares, presupuestales, políticos y, cada vez de manera más frecuente, éticos.
En estos contextos, la figura del funcionariado adquiere relevancia. Son burocracias crecientemente especializadas que tienen una lógica de actuación delimitada por normas y circunstancias, por reglas escritas y no escritas, por la gestión de recursos, las prioridades del momento, por el tiempo y los calendarios. Las habilidades directivas universitarias no se suelen aprender en los cursos de “alta dirección ejecutiva” o de “gerencia pública profesional”, sino que se aprenden con base a la experiencia, cierto sentido común, intuición, capacidad, oportunidades o restricciones institucionales. Al ser parte de las estructuras de autoridad, el funcionariado universitario juega un rol central en la gestión de los servicios y de los recursos de apoyo a la vida académica.
Los “mandos medios y superiores” -como se suele denominar al funcionariado de primer nivel en el argot administrativo-, son actores clave de las rutinas de la universidad, y por ello resultan figuras destacadas en la comprensión no sólo de quiénes administran sino de cómo se gobiernan las universidades públicas. Después de todo, la autonomía universitaria significa no solamente el respeto a las libertades de cátedra y de investigación, sino también el auto-gobierno de las universidades. Esa es la dimensión estrictamente política de la autonomía. Desde esta perspectiva, el funcionariado universitario forma parte de las redes organizadas del poder institucional que se construyen a lo largo de las trayectorias académicas o administrativas de los diversos liderazgos universitarios, donde los méritos académicos o intelectuales, la confianza política, el prestigio académico, la reputación personal o el desempeño institucional, son componentes importantes en la designación de los nombramientos de los puestos administrativos.
Un rector o rectora nunca llega solo a ejercer sus funciones. Le acompañan hombres y mujeres que se incorporarán a su administración y le permitirán proponer y justificar decisiones a los órganos colegiados universitarios. El proceso de nombramiento de puestos y personas adquiere entonces una relevancia práctica destacada pero generalmente poco visible para las comunidades universitarias. Es por ello que resulta importante conocer no sólo los procedimientos o los mecanismos de designación del funcionariado universitario, sino también los itinerarios laborales de quienes son nombrados en los puestos, más allá de los curriculum vitae o de las biografías personales.
¿Qué sabemos? En realldad, muy poco. Se estima que los mandos medios y superiores de las universidades públicas representan entre el 10 y el 15 por ciento del personal administrativo total de las universidades. Que aunque no hay formalmente una suerte de “servicio universitario de carrera”, de manera informal pero real existen funcionarios que ocupan distintos puestos a lo largo de varios años. Asimismo, sabemos que los directivos académicos suelen tener también un puesto como profesor o investigador de la universidad, y que existen motivaciones salariales, políticas o morales para aceptar la designación de puestos. Sin embargo, estos son apenas los puntos de partida para estudios a fondo sobre la sociología del funcionariado de las universidades públicas en México.
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