Thursday, October 31, 2024
Un día en la vida universitaria
Diario de incertidumbres
Un día en la vida universitaria
Adrián Acosta Silva
(Campus Milenio, 31/10/2024)
https://suplementocampus.com/un-dia-en-la-vida-universitaria/
Parafraseando el título de aquella clásica canción de los Beatles de 1967 (incluida en su álbum Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band), el registro de las pequeñas cosas de la vida cotidiana en las universidades permite darse una idea de los hechos, usos y costumbres que acompañan sus existencias institucionales, es decir, las que desarrollan un día cualquiera los estudiantes, trabajadores, profesores o directivos universitarios. Como se sabe, la canción que compuso John Lennon se inspiró en la lectura de las noticias de un diario londinense, y las relata a un muchacho imaginario. Entre banalidades, reparaciones de edificios históricos, guerras y suicidios, un lector de periódicos de la época se prepara un café antes de salir a trabajar, mientras fija la atención en algunas de las principales noticias del día. “A Day in The Life” es el retrato costumbrista de un hombre cualquiera, en una ciudad cualquiera, algún día cualquiera.
Veamos el caso de un día en la vida de las universidades públicas mexicanas. Celebraciones y festejos solemnes como los 50 años de la UAM en la Ciudad de México coexisten con los conflictos políticos y la violencia criminal que amenazan con paralizar las actividades en la UAS en Culiacán o en Los Mochis. Ese mismo día, en universidades como la de Guadalajara se anuncian noticias sobre el proceso de elección de un nuevo rector, mientras que un grupo de directivos de la ANUIES y rectores de varias universidades públicas se reúnen en la capital del país con la titular de la nueva agencia de ciencia, tecnología e innovación para plantear sus preocupaciones y propuestas de política científica y de educación superior.
Una rectora o un rector se levanta ese mismo día para continuar trabajando la agenda de los pendientes de la semana, esperando que no estalle algún conflicto de alta intensidad que altere la gestión institucional. Al mismo tiempo, una joven estudiante se levanta muy temprano para tomar el camión, un Uber o el metro que la llevará a tomar sus clases en la universidad de una gran ciudad, mientras que un muchacho de Sonora se sube a su viejo vehículo para trasladarse al campus de su universidad, situado a muchos kilómetros del sitio al que asiste para sus trabajos de laboratorio, esperando que su profe no les avise de última hora que suspende la clase presencial porque se le complicaron las cosas, y les pida que se conecten a la plataforma del curso.
En Saltillo, Coahuila, una trabajadora administrativa va pensando en las rutinas de la oficina, mientras que, en Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas, un jardinero va hacia su trabajo esperando que las tijeras y la podadora que solicitó desde hace varios días ya hayan sido reparadas. La profesora de Guadalajara también se levanta temprano para llevar a sus hijos a la escuela, mientras que va pensando en la clase de matemáticas que más tarde debe impartir a sus alumnos, recordando que tiene pendiente evaluar los trabajos que le entregaron la semana pasada. Al mismo tiempo, en Oaxaca, un estudiante considera la posibilidad de abandonar sus estudios decepcionado de la carrera que apenas un año antes había comenzado a cursar.
En Veracruz, el sorpresivo fallecimiento de un respetado académico entristece a sus colegas y alumnos, mientras que en Tijuana una joven estudiante de doctorado presenta la defensa de su tesis luego de varias semanas de tensión, temor y ansiedad por el posible resultado de la evaluación que hagan los sinodales. Mientras tanto, en Acapulco el director de una facultad se levanta pensando en lo que hará si sigue sin haber energía eléctrica en el puerto, y, en Tampico, la madre de un joven estudiante de la carrera de ingeniería se despierta preocupada para ver si su hijo amaneció con menos fiebre que la noche anterior.
En Zacatecas, los estudiantes toman clases al mediodía, con la noticia de que un compañero o compañera fue secuestrado por algún comando criminal de la región, engrosando la lista de los desaparecidos. En Acámbaro, Guanajuato, una estudiante universitaria se despierta con la noticia del estallido de un autobomba frente a las oficinas de la policía municipal. Mas tarde, ese mismo día, un grupo de egresados de una carrera universitaria de Colima celebran una década de haber salido de la universidad, recordando las anécdotas y brindando desde alguna playa de Tecomán por los buenos y no tan buenos momentos de su experiencia universitaria. A cientos de kilómetros de ahí, en las afueras de la rectoría de la UNAM, un grupo de estudiantes realizan una ruidosa protesta por alguna causa del contexto o del momento.
Un día en la vida representa la configuración azarosa de relaciones de espacio y tiempo donde se desarrollan múltiples historias paralelas en las universidades. Son historias cotidianas, habitadas por las rutinas, incertidumbres y complicaciones de siempre, protagonizadas por los actores de todos los días. En las aulas y laboratorios, en las plataformas y pantallas de computadoras o teléfonos celulares, en las oficinas de los directivos o en los auditorios universitarios, el ritual de lo habitual de la vida en el campus transcurre entre silencios y alborotos, entre tristezas y alegrías, entre las banalidades, la paciencia intelectual y los pensamientos profundos que algún estudiante o un profesor desarrollan en la soledad de una biblioteca o entre los jardines de la universidad.
La sociología de la vida cotidiana es una ventana a las múltiples prácticas que simultáneamente se realizan en las universidades mexicanas. Son prácticas que no se someten a las métricas de la calidad ni forman parte de los indicadores institucionales, que poco tienen que ver con el lenguaje de la innovación, y que se alejan de los relatos épicos sobre la experiencia universitaria. Son hechuras de la “universidad invisible”, las que hacen que el orden institucional universitario (complejo, contradictorio, a veces fracturado, en ocasiones cohesivo), funcione con cierta regularidad y se exprese en los comportamientos diarios de sus protagonistas cotidianos, que son los que alimentan todos los días el sentido de la vida misma de las universidades.
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