Thursday, April 27, 2023

Tiempo, interés, y lectura

Diario de incertidumbres Tiempo, interés y lectura Adrián Acosta Silva (Campus-Milenio, 27/04/2023) https://suplementocampus.com/tiempo-interes-y-lectura/ Ahora que se acaba de celebrar el día internacional del libro, tal vez sea pertinente echar un vistazo a la situación actual de la lectura en nuestro país. El eslogan de crear un “país de lectores” es una hechura de la imaginación, un buen deseo basado en nobles intenciones, un enunciado que se formula bajo el supuesto de que los mexicanos no leen, o leen poco, o de manera insuficiente de acuerdo a ciertas preferencias estéticas o intelectuales, o medido a la luz de comparaciones internacionales. Hoy mismo, se agrega una creencia más en el oficialismo obradorista: que los mexicanos no leen porque los libros son caros, luego entonces, si se producen libros baratos, se leerá mucho más. Muchos años han pasado a partir de los propósitos y las creencias que apoyan estas retóricas. Para ponerlos a prueba, se han impulsado festivales y ferias de libro internacionales, nacionales y municipales desde hace medio siglo, donde conviven funcionarios públicos y empresarios de la industria del libro con autores, lectores y editores. Se incluye también la creación de un mercado editorial donde los esfuerzos públicos y privados confluyen en la conquista de viejos y nuevos lectores. Empresas, agrupaciones, asociaciones, clubes de lectura, se han construido a lo largo de este tiempo, pero no sabemos con precisión los niveles, las razones, las desigualdades y brechas de los comportamientos lectores en nuestro país. A pesar de ello, se han emprendido esfuerzos gubernamentales serios para tratar de identificar los hechos, disipar los mitos y demoler los supuestos heroicos de la lectura entre los mexicanos. A lo largo del siglo XXI diversos proyectos se han instrumentado para tratar de ofrecer datos y evidencias sobre las realidades de la lectura en nuestro país. Sin embargo, los resultados no son claros. La medición de las prácticas de lectura en México es un asunto que comenzó a tener importancia pública desde 2006, cuando la SEP y el INEGI acordaron realizar un ejercicio de este tipo con la “Encuesta Nacional de Prácticas de Lectura”. El propósito central de la encuesta era identificar el acceso y consumo de publicaciones entre la población mayor a 18 años en distintas regiones y localidades del país, con el objetivo de identificar problemas de los cuales pudieran surgir políticas públicas de fomento a la lectura entre los mexicanos. El ejercicio fue interesante y dio lugar a un par de proyectos similares en 2012, a cargo de “Funicultura”, y en 2015, a cargo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, quien agregó a la encuesta el tema de la escritura. Desde 2016 y hasta la actualidad, el INEGI incluyó un módulo sobre la lectura en sus sistemas de información estadística, que se actualiza con cierta regularidad cada año. La UNAM realizó una encuesta sobre consumo cultural en 2020, que toca también el tema de la lectura. Todos estos ejercicios han permitido tener mayor información y datos sobre los hábitos, usos y costumbres en la explicación de los comportamientos lectores. Con esos datos sabemos, por ejemplo, que el 60% de los encuestados en 2016 manifestaron que en la casa familiar tenía entre 1 y 25 libros que no eran de texto. Que, durante su niñez, el 64.9% de ellos respondieron que la madre era la que les leía libros, contra el 35% de los padres. Que los dos motivos principales para no leer tienen que ver con la falta de tiempo (48.5%) y la falta de interés (22.4%). También sabemos que la población con mayor escolaridad es la que suele leer más, o que las redes sociales o los periódicos, más que los libros o la revistas, son las fuentes más utilizadas para leer. Estos datos permiten formular hipótesis, plantear especulaciones y elaborar opiniones. Como todos los ejercicios de este tipo, los números no dicen mucho en sí mismos si no se colocan en una perspectiva más amplia y comprensiva sobre las prácticas de lectura en México. La importancia de este ejercicio no es la mejora en los niveles lectores de los individuos, sino la identificación de las relaciones de causalidad que explican los problemas, diferencias y brechas de lectura entre la población adulta. ¿Leen más hoy los mexicanos que los de las generaciones anteriores? ¿El incremento en los años promedios de escolaridad influye en el incremento de los niveles de lectura y consumo cultural? ¿Leen más las mujeres que los hombres? ¿El imperio de las aplicaciones y el boom de los teléfonos inteligentes han mejorado el interés y el consumo de lectura entre los jóvenes universitarios y los no universitarios? ¿Ha llegado, ahora sí, el fin de los libros, periódicos y revistas de papel? Hay algunos puntos de partida con evidencias que tienen relativo consenso. Uno es que la escolaridad determina en buena medida el nivel de lectura de la población. Otro es que los entornos sociales y familiares de los individuos, sus orígenes sociales, son factores que influyen en el desarrollo de los hábitos de lectura. Uno más es que las nuevas generaciones leen más que las anteriores, debido a los nuevos dispositivos digitales. Sin embargo, hay enormes diferencias interpretativas en torno a las brechas entre poblaciones, el tipo de lecturas realizadas, y los propósitos y motivaciones de los lectores. La lectura es un hábito que combina curiosidad, interés, tiempo y disponibilidad de publicaciones para los individuos. Leer es una flor exótica y delicada, que requiere de contextos favorables, circunstancias, atmósferas intelectuales y sociales propicias para estimular la calidad de los temas de conversación pública entre los ciudadanos, y sobre todo entre escritores y lectores. Después de todo, como decía Borges, “toda lectura implica una colaboración y casi una complicidad”. Y esa relación, en sus diversas tonalidades, no es fácil de encontrar entre las estadísticas y las encuestas, o se pierde entre las imágenes de bibliotecas públicas municipales y escolares abandonadas, desiertas de libros en busca de lectores.

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