Monday, March 14, 2011

La rebelión de las clases medias

Estación de paso
La rebelión de las clases medias
Adrián Acosta Silva
Señales de humo, Radio U. de G., 3 de marzo de 2011.
Desde un punto de visto sociológico, “clases medias” es un concepto problemático. Hay una considerable variedad de definiciones sobre ese segmente de la población ubicado en algún lugar entre los pobres y los ricos, para decirlo de manera coloquial. Ese “lugar” está determinado por el ingreso económico, el estatus, la educación, el origen social, el lugar de residencia, la actividad, cierto tipo de linaje incluso. Pero también juegan algún papel las expectativas de movilidad, los patrones de diferenciación respecto de los que están arriba o abajo (o incluso al lado) de su posición social. Por supuesto, hablar de clases medias es un generalización un tanto abusiva, tanto que en el lenguaje cotidiano que se acostumbra utilizar entre las familias hay un esfuerzo intuitivo por diferenciar la clase media, de la clase media baja, de la clase media alta, de los que están en el fondo y de los que están en la cima, aunque nunca es claro que significa y que implicaciones tiene pertenecer o reconocerse en uno u otro segmento.
Ello no obstante, el hecho es que la cosa existe. Es decir, hay segmentos de la población que pueden ser considerados como capas o estratos medios, generalmente urbanos, escolarizados, que han sido beneficiados por prolongados procesos trans-generacionales de movilidad social y crecimiento económico, y que desempeñan diversas actividades económicas o políticas. Burócratas, pequeños o medianos comerciantes y empresarios, universitarios, profesionistas, suelen ser parte de esos estratos medios. Y lo interesante de estos sectores es que son los que usualmente promueven la resistencia o el cambio de los regímenes políticos en las sociedades contemporáneas. Ahí, en esos segmentos, se ubican generalmente el grueso de los liderazgos políticos, los miembros de los partidos, las organizaciones no gubernamentales, el funcionariado público o privado del gobierno y de las empresas, los licenciados, los médicos, los contadores y profesores , los estudiantes universitarios y sus familias.
Esos segmentos juegan un papel central en la estructura social moderna. Como lo saben los fiscalistas y economistas, la ciudadanía fiscal es clasemediera: provee buena parte de los impuestos que el Estado recauda entre la población todos los días. Pero son también los segmentos que reciben buena parte de los servicios públicos y algunos privados que se producen en las sociedades. Pero, además, esas franjas cumplen funciones políticas sustanciales en los procesos de estabilidad y legitimidad a la que aspira todo régimen político. Por ello, son los sectores que resienten más los períodos de crisis económica que suelen asolar a las economías modernas, al introducir abrupta o gradualmente el veneno de la incertidumbre económica en sus vidas cotidianas.
Esto explica el hecho de que los segmentos medios sean los más proclives a la rebelión o al conservadurismo, según sean las circunstancias. Pinochet, Videla, Stroessner, los nombres estelares de las legendarias dictaduras militares de los años sesenta y setenta del siglo pasado en Sudamérica, fueron regímenes estructurados sobre la base de un sector importante de las clases medias de sus respectivos países, pero el derrumbe de esos mismos regímenes políticos se explica por la movilización de esos y otros sectores de las mismas clase que antes les apoyaron.
Hoy que en El Cairo, en Trípoli, en Yemen, en Jordania, observamos la rebelión de la población frente a los dictadores y regímenes que antes apoyaron, es posible afirmar que entre esas multitudes se encuentran muchos de los segmentos de las clases medias que por razones diversas decidieron emprender movilizaciones y protestas contra personajes como Mubarak o Ghadafi, que forman parte de la última generación de políticos y dictadores surgidos de la guerra fría. Esos movimientos no son exclusivamente clasemedieros, pues se pueden identificar también rebeliones tribales y étnicas, la movilización de élites que ven amenazados sus privilegios, sectores militares descontentos con sus jefes. Pero son los sectores medios los que han emprendido un movimiento de cambio político para tratar de asegurar, sobre todo, su estatus y sus expectativas.
La espectacularidad de los registros en el medio oriente, es posible por el papel de los medios, pero fundamentalmente por la visibilidad y el papel que juegan los segmentos medios de esas sociedades en los proceso de rebelión y cambio. El activismo de las clases medias (en particular de los jóvenes) y otros sectores ha configurado un clima de rebeldía que muy probablemente terminará con linchamientos morales o físicos a los representantes del viejo orden, y con cambios en los regímenes políticos de la región. Sin embargo, nada asegura desenlaces felices (o fatales) para las aspiraciones de los que hoy promueven los cambios. De cualquier modo, el efecto hipnótico de los acontecimientos muestra, una vez más, el cambiante papel de las clases medias en el orden político y social contemporáneo.

No comments: