Thursday, August 05, 2021

Precariedad y bienestar

Estación de paso Precariedad laboral en las Universidades del Bienestar Adrián Acosta Silva (Campus Milenio, 05/08/2021) La semana pasada (29 de julio), el diario El Sol de México publicó una nota que mencionaba “el despido de 115 docentes adscritos a 70 sedes” de las Universidades del Bienestar Benito Juárez García (UBBJG). La información se basaba en las declaraciones que varios de los afectados habían hecho públicas al ser “despedidos sin previo aviso”, señalando el trato “déspota” por parte de la directora general de las UBBJG, Raquel Sosa, respecto de sus reclamos. Un día después, la propia Dra. Sosa señaló en una nota de prensa que esas acusaciones eran “infundadas”, ya que es “usual” el proceso de revisión cada seis meses de los convenios laborales con los docentes de esas universidades, en los cuales se evalúa la idoneidad de los perfiles y puestos de los docentes para renovar, o no, dichos convenios. Afirmaba que, dada la naturaleza de la institución, los docentes “no firman contratos, sino convenios” de trabajo. Hay varios antecedentes respecto de los problemas de las relaciones laborales de los docentes de las UBBJG. Denuncias de despidos, reducción de salarios, precariedad laboral, malas condiciones en la infraestructura de muchas de las sedes que hasta ahora se han inaugurado en todo el país, se han conocido desde el inicio de este programa prioritario del gobierno federal. Esas denuncias y conflictos muestran la poca claridad sobre los perfiles y las condiciones laborales de los docentes de esas universidades públicas. ¿Cuántos son? ¿Cuáles son sus perfiles y trayectorias? ¿En que condiciones trabajan? ¿Cuál es su salario y que prestaciones reciben? En el sitio web de esas instituciones (https://ubbj.gob.mx) no aparece ninguna información al respecto. En una rueda de prensa celebrada en mayo de 2020, la directora mencionó que ya funcionaban para ese tiempo “100 sedes con 815 docentes”. Hoy, según datos de febrero de este año (2021), se sabe que existen 140 sedes, con una matrícula total de 28,087 estudiantes, pero no se sabe cuántos profesores trabajan ni en que condiciones. No obstante, se puede estimar que ya superan los mil trabajadores docentes adscritos a esas universidades. Siendo una institución pública federal, se esperaría una información mucho más detallada y precisa del profesorado que labora en esas escuelas, pero esos datos básicos no están disponibles, o no son de fácil acceso. El problema es delicado, pues se trata del principal recurso institucional para la atención de las labores de enseñanza y aprendizaje de los distintos programas educativos que ofrecen las UBBJG. La sistemática contratación temporal del personal académico es contradictoria con un enfoque de derechos, condiciones dignas y estabilidad laboral de los trabajadores de esas universidades. Lo que tenemos, por el contrario, es una política de precariedad laboral instalada en el centro mismo del principal y prácticamente único proyecto del gobierno lopezobradorista para la educación superior. Tratar a los profesores como eventuales, o como una suerte de personal académico de confianza, apelando a sus compromisos éticos o morales con el papel de las UBBJG en la cuarta transformación nacional, revela no sólo un arraigado prejuicio contra los derechos laborales de sus trabajadores, sino también cierta concepción del trabajo docente como una labor moral y comunitaria que refleja los valores y principios de la 4TN, y no como una profesión académica apreciada y remunerada adecuadamente. Esa política de precarización del trabajo docente es justificada como parte de los principios de austeridad proclamados por el oficialismo en turno. Ello explica el desinterés gubernamental por fortalecer académica e institucionalmente a las UBBJG a través de la constitución de una planta académica estable y comprometida con los propios objetivos de esas universidades. Bajo los vientos retóricos de la cuarta transformación, la precarización constituye una clara señal de retroceso en el enfoque de derechos laborales de los trabajadores educativos, esa señal que en los años setenta se constituyó como la bandera de lucha del sindicalismo universitario mexicano, con la cual varios de los impulsores de las UBBJG forjaron sus propias trayectorias políticas. Hoy, precarización y austeridad dominan el enfoque gubernamental sobre la naturaleza institucional de las Universidades del Bienestar. Y no deja de ser paradójico que los enunciados del bienestar social que atraviesan toda la narrativa del transformacionismo coexistan con prácticas que lesionan o afectan los derechos de los trabajadores de las universidades que representan fielmente las creencias e intereses del gobierno para el campo de la educación superior pública del país.

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