Monday, August 17, 2015

La invención de ANUIES: historia y política (1)

Estación de paso

La invención de la ANUIES: historia y política (1)

Adrián Acosta Silva

(Publicado en Campus-Milenio, 13/08/2015)

La historia de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) es, como toda historia institucional que se respete, una trayectoria larga, compleja y a menudo ambigua y contradictoria. Hoy que celebra 65 años de su fundación (1950-2015), quizá valga la pena un breve ejercicio de balance, de revisión sobre su papel y aportaciones al desarrollo de la educación superior mexicana.

La primera dificultad es, digamos, conceptual: ¿cómo puede caracterizarse la ANUIES? En términos estrictamente jurídicos es una asociación de carácter civil, conformada por un conjunto de miembros (universidades e instituciones de educación superior públicas y privadas) que deciden voluntaria y libremente auto-organizarse para perseguir ciertos objetivos y finalidades. Pero esa definición es insuficiente para comprender la dinámica de su comportamiento institucional, que involucra por lo menos la consideración de una dimensión política y otra sociológica. En términos de análisis de políticas, la ANUIES es una organización de política y de gestión de los asuntos de la educación superior, orientada hacia el reconocimiento de su legitimidad política externa e interna. Pero vista desde una perspectiva más sociológica, la Asociación es también la expresión de un conjunto organizado de intereses que intenta “traducir” ciertas ideas en rutinas y prácticas institucionales. Estas tres formas o dimensiones de la caracterización de la Asociación permiten afirmar el carácter ambiguo, complejo o “híbrido” de la que es sin duda la organización más importante de la educación superior mexicana.

Pero ligado a las dificultades conceptuales, aparecen también las dificultades prácticas para organizar un análisis más o menos coherente sobre la historia de la Asociación, que vaya más allá del tono festivo que suele dominar el espíritu de los cumpleaños institucionales. El supuesto de base de cualquier propuesta por dominar dichas dificultades prácticas es considerar que los 65 años de la organización constituyen una trayectoria accidentada, no lineal, sujeta a las contingencias contextuales y a los ciclos políticos y de políticas que han configurado los diferentes entornos de la educación superior mexicana.

Bajo ese supuesto, la reconstrucción de la historia de la ANUIES puede hacerse colocando como foco su papel en la construcción política de las políticas públicas de educación superior en nuestro país. Y desde esta perspectiva se puede distinguir tres grandes ciclos de la historia política de la ANUIES: el de la “gobernabilidad corporativista” (1950-1982), el de la “gobernabilidad transicional” (1982-2000), y el de las tensiones entre la “gobernabilidad sistémica y la gobernanza institucional” (2000-2015). Como cualquier forma de periodización, la distinción tiene limites y es discutible, pero quizá puede ayudar a comprender mejor la dimensión política del papel de la ANUIES en la configuración del sistema de educación superior mexicano en las últimas seis décadas y media.

El primer ciclo comienza con la fundación de la Asociación en 1950 y culmina con la gran crisis económica de los años ochenta que impactó de manera dramática los montos, los modos y las reglas del financiamiento público a la educación superior universitaria. Son poco más de tres décadas donde, en la dimensión económica, las políticas del largo ciclo del desarrollo estabilizador determinaron una acelerada etapa de urbanización e industrialización, y en el campo político, se estructuraba un régimen político no democrático, donde la lógica de la representación corporativa dominaba las voces y las lealtades de los grupos y sectores sociales, incluyendo las del sector educativo superior. En esas circunstancias, se despliega un lento crecimiento de la oferta y de la demanda de la educación superior, y se crean las bases político-institucionales de la transición de las universidades tradicionales a las universidades modernas.

Desde su origen, fueron dos los ejes principales de la acción de la ANUIES. De un lado, influir en el diseño e implementación de la acción gubernamental en el campo de la educación superior; del otro, en mejorar las condiciones presupuestales de las instituciones que forman parte de su membresía. Es decir, una función política de representación y gestión legítima de sus intereses, y por el otro, una función financiera pertinente, ligada a estabilizar y mejorar las fórmulas de crecimiento del presupuesto público para las universidades. Ambas funciones se desarrollan con distintos grados de éxito por parte del gobierno de la ANUIES, desde la primera Secretaría de la Asociación de Alfonso Ortega Martínez (1950-1953), y la de un joven recién doctorado, Pablo González Casanova (1953-1955), hasta el período dirigido por Rafael Velasco Fernández (1977-1985).

La lógica corporativa del régimen posrevolucionario subordina la autonomía de las organizaciones civiles al reconocimiento de la autoridad del poder institucionalizado. Las figuras del Presidente en turno y de un partido político (el PRI), estructuran la cohesión y lealtad política hacia las políticas de desarrollo estabilizador y de la “unidad nacional”. En el campo de la educación superior, las universidades públicas conforman el núcleo cuasi monopólico de la oferta institucional, un núcleo en que descansará el activismo y la representatividad política de la ANUIES durante poco más de tres décadas, y en el cual se forman varias generaciones de las élites políticas que luego pasarán a integrarse como parte de las élites dirigentes del régimen posrevolucionario.

Pero es una doble crisis (económica y política) lo que termina por actuar como mecanismo de disparo de una serie de reformas que afectarían el entorno de la política y las políticas de la educación superior. El ascenso del “Estado evaluador” y de las políticas basadas en la búsqueda de la calidad, la evaluación y el financiamiento público competitivo, diferencial y condicionado, marcarían el fin de la gobernabilidad corporativista y el inicio de una “nueva” gobernabilidad –la “gobernabilidad transicional”- que obedece a una lógica distinta de intercambios entre el Estado y las universidades públicas. Así, desde los primeros años ochenta hasta finales de los años noventa, las políticas económicas neoliberales y la liberalización y posterior democratización del régimen político, poblaron de nuevas señales, racionalidades y reglas el contexto político de la educación superior.

Los años duros del financiamiento inestable y de aprendizajes políticos ocurridos en el marco de una expansión/masificación anárquica de la matrícula, el profesorado y las instituciones públicas y privadas del sistema, marcarán los procesos de adaptación incremental de la ANUIES a un contexto que muy pronto ya no era lo que solía ser. Los rasgos de esa nueva etapa los veremos en la próxima colaboración.


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