Monday, November 23, 2015

Calidad educativa: ¿es posible asegurar la ambigüedad?

Estación de paso
Calidad: ¿es posible asegurar la ambigüedad?
Adrián Acosta Silva
(Campus Milenio, 12/11/2015)
Hace unas semanas, del 21 al 23 de octubre, se celebró en la ciudad de Tianjin, al norte de China, el “12º. Taller internacional de reformas de educación superior. Políticas y prácticas de aseguramiento de la calidad y el control de la educación superior”, organizado por la Universidad Normal de Tianjin. Se trató de un evento que se celebra regularmente en diversas ciudades del mundo desde hace 12 años, impulsado por académicos de distintas universidades, entre las cuales se encuentra la Universidad de la Columbia Británica (BCU, por sus siglas en inglés), con sede en Vancouver, Canadá.
El Taller reunió a cerca de 70 académicos que discutieron durante casi tres días diversas experiencias, aproximaciones y enfoques sobre el tema general de la calidad de la educación superior, sus intentos de conceptualización, sus formas de medición, su valor como referente de la políticas educativas, sus insuficiencias teóricas, su inevitable relatividad, sus corrosivas ambigüedades y sus a veces insoportables contradicciones. Las preguntas claves del evento fueron: ¿cuáles son los criterios, los procedimientos y políticas que definen y controlan la promoción de la calidad académica? ¿Quiénes son los controladores y que tipo de procesos pueden asegurar que los sistemas y las instituciones de educación superior distribuyan calidad?. Como señaló con puntualidad y profundidad en la conferencia inaugural uno de los decanos del evento, Hans Schuetze, de la BCU, la calidad de la educación superior ”es algo que nadie sabe muy bien qué es pero que todos intentan medir y evaluar”.
Bajo esta idea general, el Taller tocó en distintas sesiones muy diversos puntos relacionados con el tema de la calidad de la educación terciaria. Varias de las intervenciones se concentraron en presentar estudios de casos, mientras que otras ofrecieron panorámicas sobre nuevas metodologías y enfoques sobre el asunto general. Fue posible identificar tres puntos relevantes de lo discutido en Tianjin: a) la calidad de la educación superior como una idea intrínsecamente ambigua; b) la expansión de la educación superior y los esfuerzos públicos y privados por gobernar, controlar o regular su mejoramiento; y c) el análisis de la experiencia china de educación superior.
a) Calidad: el difícil aseguramiento de la ambigüedad. Uno de los rasgos del debate sobre la calidad de la educación superior es la insoportable vaguedad del concepto. En buena medida es un debate que oscila entre la obsesión por la estandarización del comportamiento institucional universitario en relación a ciertos indicadores de calidad, y la contextualización de dichos comportamientos como condición para establecer parámetros de desempeño más adecuados a las diversas realidades institucionales, regionales y nacionales de la educación superior.
A pesar de esa ambigüedad, la calidad se ha convertido en el centro de toda una potente industria de aseguramiento, asociada a la masificación y, en algunos casos, a la universalización de la educación superior. Esa industria, que es a la vez una mezcla extraña de función pública y negocio privado (el conocido Ranking de Shangai es el mejor ejemplo de ello), ha convertido a la calidad en un sustantivo vaciado de significado, cuando en realidad es, como señalaron Schuetze y otros colegas, un adjetivo que es inevitablemente relativo, nunca absoluto.
b) ¿Gobernar la expansión mejorando la calidad?. Otro de los temas constantes del evento fue el relacionado con las experiencias, las polìticas y las prácticas de evaluación y acreditación de la calidad en los diversos países, en un contexto de veloz expansión y diversificación de los sistemas de educación superior. Varias ponencias se concentraron en las diversas dimensiones de evaluación de la calidad (institucional, sistémica), o en la evaluación de funciones específicas como la investigación o la docencia; otras se refirieron a la evaluación del desempeño o las trayectorias de profesores y estudiantes del pregrado y del posgrado. Pero una tensión común atraviesa el fondo de estas experiencias prácticas y preocupaciones teóricas: la que ocurre entre distintas lógicas de expansión pública y privada, y los intentos de gobernar de algún modo la calidad de esa expansión acelerada.
c) La experiencia china. Como era de esperarse, varias de las ponencias presentadas se concentraron en el análisis de la experiencia china de expansión y evaluación de la calidad de su sistema de educación superior. Una de las más interesantes fue presentada por la profesora Jinghuan Shi, de la Universidad de Tsinghua de Beijing. En su intervención, la profesora Shi planteó el tema de la gobernanza de la calidad de la educación superior en su país, a la luz del explosivo crecimiento mostrado por el sistema en las últimas tres décadas (se pasó de 7.3 millones de estudiantes en el año 2000 a más de 34 millones en el 2013). A su juicio, hay un cambio sustancial en el paradigma chino del énfasis por el crecimiento hacia el énfasis en la gestión de la calidad del sistema, derivado de factores como la globalización o la explosión de las modernas tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s), que se concentra más en el aprendizaje de los estudiantes que en los métodos de enseñanza de los maestros, el rol de la evaluación como una herramienta de mejoramiento, y no como un “juicio final”. Ese nuevo paradigma tiene implicaciones no solamente en las creencias y comportamientos de enseñanzas y aprendizajes, sino también en el campo de la administración y la gobernanza tanto de las instituciones como del sistema en su conjunto.
Estos temas configuran parte central de las nuevas agenda tanto de investigación como de políticas públicas en el campo de la educación superior en diversas regiones del mundo. Son temas “vivos” y polémicos, que han impulsado nuevos estudios y enfoques para tratar de incidir en mejores formas de aprendizajes y nuevas metodologías de evaluación cuantitativa y valoración cualitativa de las prácticas y los efectos de los procesos/intentos de mejoramiento de la calidad de la educación terciaria. Pero quizá la lección maestra del Taller de Tianjin en torno a la calidad de la educación superior viene bajo la incómoda envoltura de una pregunta franca: ¿Puede asegurarse la ambigüedad?. ¿Cómo medir algo que no ha sido definido?

No comments: