Monday, November 23, 2015

El ciudadano Waits


Estación de paso
El ciudadano Waits
Adrián Acosta Silva
(Señales de Humo Radio U. de G., 19/11/2015)
Tom Waits es la voz detrás de las ilusiones, los insomnios y las pesadillas del sueño americano. Leyenda y mito, realidad y fantasía se confunden detrás de un personaje que reúne los atributos clásicos de toda figura icónica que, como se sabe, es una representación situada a medio camino entre la realidad, el delirio y la ilusión. Pero aparte de ello, no hay que olvidarlo, es esencialmente un músico, inclasificable pero músico al fin. Algunos le llaman “El iluminado”, otros, el “cronista de la deriva y la opresión”, otros simplemente un genio, algunos más el último crápula químicamente puro del rock anglosajón. En cualquier caso, su obra, su música y letras, han forjado un aura mítica a su alrededor, en la que conviven la genialidad y el oficio, el trabajo duro y la experimentación, siempre a espaldas de las modas y de los estilos dominantes en la música contemporánea.
Sus canciones tienen un potente aire de familia con la música de Frank Zappa combinada con las tonadas tristes y melancólicas interpretadas por la voz nostálgica de Billy Holiday y la música de Louis Armstrong. Es una mezcla del jazz clásico escuchado de algún oscuro bar de Manhattan con el blues profundo del delta del Misissippi o del que se escucha como música de fondo en algún congal situado a cualquier hora del día o de la noche en Nueva Orleans. Las letras de sus canciones están inspiradas en los libros de William Burroughs y de Charles Bukowski, de Jack Kerouac y de Allen Ginsberg, pero que también se nutren de Lewis Carroll y las películas de Groucho Marx y de las primeras de Cantinflas. Quien nació en 1949 en Pomona, California, y que durante su su adolescencia y juventud fue entre otras cosas empleado de una joyería, vendedor de helados, portero de hotel, ayudante de cocinero y bombero voluntario, llegó este año a los 66 años de edad, reposando su trayectoria de 17 discos grabados a lo largo de más de 4 décadas.
La obra de Waits se ha convertido en objeto de atención de escritores y cineastas. Algunas de sus imágenes y palabras han aparecido en forma de libros desde hace algunos años, en una buena compilación realizada por Mac Montandon, en la que desfilan una catarata de entrevistas, opiniones, apariciones en radio y televisión en varias partes del mundo(Tom Waits. Conversaciones, entrevistas y opiniones. Globalrhythm, Barcelona, 2007). También otro autor, el catalán David F. Abel, hizo una exploración sobre la obra del músico californiano, más centrada en las letras de sus canciones y en algunas frases captadas en diversas entrevistas (Tom Waits. Jazz. Rhythm & Blues, Ed La Máscara, Valencia, España, 1995.) El lenguaje luminoso y envenenado del músico californiano aparece aquí en todo su esplendor, jugando con las palabras, los espejos y las anécdotas. Alimentada por los espíritus lúdicos de los hermanos Marx, los poemas de Bukowski, los relatos de Kerouac, la prosa de Dylan, y los mariachis de Tijuana, la lógica waitsiana es malévola, insana, provocadora. Su vida personal y la música del mundo se funden en Waits, y las entrevistas que se suceden muestran buena parte de la cocina del autor de Orphans (2007), o sus clásicos Closing Time (1973) Franks Wild Years (1985) o The Heart of Saturday Night (1974), hasta su disco más reciente (Bad as Me, de 2011). Frases delirantes habitan estas postales, agrupadas para fortuna de biógrafos y fans nuevos y viejos en varios libros y revistas. A continuación cito libremente algunas de ellas.
“Soy tan solo un rumor”.
“Dios protege a los borrachos, a los locos y a los niños pequeños. Y a los perros.”
“¿En qué ocasiones mientes?”: “¿Quién necesita una ocasión?”
“¿Cuál es tu característica más marcada?”: “Mi capacidad para discutir, en profundidad, un libro que no he leído”.
A los músicos que le acompañan: “Simplemente les pido que toquen como si necesitasen el dinero para ir al dentista”.
Sobre sus canciones: “Sólo cuento lo que veo, soy como un detective. Auque a menudo la inspiración sobre una canción no tiene que ver con lo que se cuenta en ella. Las historias son como una metáfora sobre cualquier cosa de la que quieras hablar. Soy un escritor, no un periodista”.
Sobre el sueño americano: “América son las carreteras rurales que te llevan a tomarte una copa después del trabajo. América es verte obligado a vivir en hoteles mugrosos. América es dejarte la piel y la vida en un trabajo que odias…América es el jazz”.
Sobre el alcohol: “No tengo problemas con la bebida, excepto cuando no puedo conseguir un trago”
De sus canciones:
“Cada minuto nace un mamón” (Nigthawks at the Dinner)
“He perdido mi equilibrio, las llaves del coche y el orgullo” (The One That Got Away)
“¿Cómo encontró la navaja mi cuello?” (Alice).
La atmósfera oscura y lúgubre de las canciones de Waits habita discretamente la parte áspera y cruda del rock contemporáneo, esa zona en tinieblas que incluye a músicos de la reputación de Lou Reed o Nick Cave. Alejadas del pop, de los reflectores y del bullicio público que se respira hoy en dentro y fuera de las mitificadas redes sociales, su música aguarda para ser escuchada por algún incauto, al que quizá, con un poco de suerte, le puede cambiar la vida.

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