Thursday, November 24, 2022

Población, territorio y educación

Estación de paso Reloj poblacional, territorios y educación Adrián Acosta Silva Campus-Milenio, 24/11/2022 https://suplementocampus.com/reloj-poblacional-territorios-y-educacion/ A la memoria de Jorge Medina Viedas, por los 20 años de Campus Según estimaciones de la ONU, el martes 15 de noviembre nació el individuo 8 mil millones del mundo. Además, la Organización calcula que ese bebé nació en la República Dominicana y fue un varón. Ambas estimaciones son reveladoras de la dinámica y la distribución del crecimiento poblacional en el siglo XXI. Por un lado, que hoy existen mil millones de hombres y mujeres más que hace una década. Por otro, que el crecimiento demográfico se concentra en los países menos desarrollados. Los miles de bebés que nacieron ese mismo día enfrentarán, como todos en todos los tiempos, un futuro complicado, influido por una combinación de factores no controlables por los individuos y factores relacionados con sus creencias, capacidades y oportunidades vitales. Entre el primer grupo de factores destacan los contextos sociales, culturales, económicos y políticos, los territorios y poblaciones específicas de sus lugares de nacimiento, las características de sus orígenes sociales y familiares, su sexo, factores que influirán de manera decisiva en la configuración de sus trayectorias vitales en los próximos años. Pese a los avances en campos como la salud pública, la educación, o los sistemas de protección social, la desigualdad social es el eje que explica en buena medida las diferencias entre individuos, poblaciones y territorios en todo el mundo. Nacer en Amsterdam o en Gitega (la capital de Burundi, en África oriental) marcará en buena medida el futuro de los niños en uno u otro lugar. Según el informe, el reloj poblacional mundial se ha ralentizado desde el año 2000, y continuará así por lo menos hasta el 2050. El Fondo de Población de las Naciones Unidas calculó hace casi un cuarto de siglo (en 1997) que en octubre de 1999 habitaban el planeta 6 mil millones de personas, y 23 años despúes alcanzamos la cifra de los 8 mil millones. La tendencia es que para el año 2037 lleguemos a 9 mil millones de habitantes. 7 de cada 10 humanos viven en países de ingresos bajos y medios-bajos. La edad promedio en Europa es hoy de 41 años, en contraste con la media de edad del África subsahariana, que es de 17. En México, es de 29 años. Las tendencias registradas marcan un lento pero persistente envejecimiento de la población mundial, aunque con ritmos y composiciones muy diferentes en términos territoriales y socioeconómicos. Se calcula que las brechas de edad se ensancharán de aquí al 2050. La población mayor a los 65 años se concentrará en los países desarrollados, y la menor a esa edad en los pobres, subdesarrollados, periféricos o emergentes, según quieran denominarse. En el campo educativo, sabemos que la desigualdad social se traduce en desigualdad de oportunidades escolares, aprendizajes y procesos formativos a lo largo de la vida. Y un indicador de esa desigualdad es el de las expectativas de vida escolar de la población, que difieren de manera significativa según territorios y países. La esperanza de vida escolar es el cálculo de los años que un individuo puede pasar en aulas escolares, desde el preeescolar hasta el posgrado universitario. Y aquí las diferencias entre poblaciones y regiones es también abismal. Mientras que en Australia los bebés que nacen hoy tendrán una esperanza de vida escolar de 23 años, en Níger es de 5. Eso significa que un hombre o mujer nacido por el azar y contextos en Sidney o en Camberra puede alcanzar un doctorado universitario, mientras que los bebés nacidos en Niamey no podrán terminar ni la primaria. Como suele suceder en muchos casos, fatalmente, origen es destino. El reloj poblacional continuará marcando la pauta de las relaciones entre los entornos sociales y las vidas individuales para los 8 mil millones de habitantes del planeta. Ya desde finales del siglo pasado, la ONU había convocado a un heterógeneo grupo de escritores de distintas lenguas y países para escribir una carta dirigida al “ciudadano 6,000 millones”, cartas que fueron publicadas en 1999 en un libro. Bajo la atmósfera de incertidumbre y esperanza de la transición de fin de siglo y de milenio, las 14 cartas reunidas en esa ocasión tocaban el tema de las ilusiones y las guerras, los peligros del fundamentalismo religioso, los abismos entre pobreza y riqueza, el peso de los contextos culturales y sus representaciones sociales. “¿Quién nos salvará de la ignorancia que salta a escena con cada nueva generación?”, preguntaba en tono de pesimismo György Konrad, mientras que Salman Rushdie enfatizaba el valor de la libertad intelectual, e invitaba al bebé 6 mil millones parafraseando la clásica canción de John Lennon (Imagine) : “Imagina que el cielo no existe, mi querido seis mil millones, y de inmediato verás el cielo abierto”. ¿Qué carta podría escribirse hoy al ciudadano 8 mil millones, ese imaginario bebé de nombre Damián nacido en Santo Domingo el 15 de noviembre pasado? ¿Tendrá la inteligencia y las suficientes oportunidades vitales para alcanzar una existencia satisfactoria? ¿Cuál será su sitio en la intricada red de relaciones sociales que construirá a lo largo de su vida? Quizá un poema escrito por Miguel Hernández en 1939 (Nanas de la cebolla), escrito en la cárcel de Torrijos, y dirigido en una carta a su esposa y a su bebé recién nacido, podría aliviar la incertidumbre de imaginadores e imaginados frente al futuro, asumiendo la carga de fatalidades y esperanzas por venir. Es un manifiesto sentimental sobre la adversidad, dirigida a un niño que enfrentará riesgos, violencias y desplazamientos, pero también experiencias de soledad, pasiones y sueños. Son palabras pronunciadas frente a la cuna de un bebé dormido, al cuidado de su madre y con la sombra en la lejanía del padre. No te derrumbes/No sepas lo que pasa/ Ni lo que ocurre. Es un melancólico recordatorio sobre las virtudes de la paciencia en tiempos difíciles.

No comments: